Touché.

Somos prisioneros de aquello que callamos, la boca empapada de silencio infectado.Sabemos que las palabras son machetes que desgarran a quienes más queremos, para abrirles las vísceras y derramar alcohol , ya que sabmos que con un ‘lo siento’ la herida sanará,porque aún siendo una especie en peligro de extinción, hay amigos.





Aún así seguimos callados, echando piedras sobre nuestros tejados y como en ‘L’Alquila’, terminará derrumbándose y aplastándonos con nuestros pensamientos miserables , que machacarán nuestros débiles cráneos hasta desangrarnos.

Todos ‘malos bichos’, pancistas;

independientes hasta la codicia,

autosuficientes hasta el egoísmo.

Hombres arrogantes, víboras las mujeres.
Víctimas de nuestra propia tragicomedia que escribimos con dedos mugrientos de egolatría.

¿Las más puras? Las mariposas.

Después de ‘hacer el capullo’ saben embellecer allá por donde pasan.Hasta que,claro está, llega el maligno, que succionará el polvo de las alas,para ser miserables y vulnerables, hasta ser imitadoras de su compañero de viaje, el ser humano.