-Ya lo tengo todo listo; los billetes,los horarios,unas llaves,la playa,el faro, un huerto y el mar.

Las maletas colmadas de vida, saturadas de delirios y utopías,

de tí de mí.

Salimos a las seis hacia la estación,nos acerca un conocido al que no volveremos a ver,

pues empezaremos una nueva vida lejos de todo, y como vecinos; la nada.

Viajaremos miles de km. para retroceder milenios en el tiempo y volver a vivir del instinto más básico , de la más pura supervivencia del que no tiene nada más de lo que quiere, tú.

Te espero a las cuatro&media en la esquina de las tres copas.No falles, pues si no estás,iré sola.Pero me harás vivir en la angustia,en la soledad más aciaga, de quien extraña minuto tras hora algo que jamás llegará.

te espero y te quiero,

niki.-

Tras mil seiscientos treinta minutos después, la maleta roja en el asiento,unas tijeras en la mano y un océano en el alma sabía que aquí comenzaba su nuevo destierro, a una tierra de esperas y desamparo.

un olor un verano un viaje una canción un amigo

un hurra por los amantes de la espuma del café

un hurra por los copos de nieve

un hurra por los primeros segundos de un chicle,

por los que corren sin saber a donde, por los lirios

y delirios,por los baños de noche y por los besos (des) y esperados

¡HURRA!

carta a una mujer.

tus piernas son caminos

eternos & efímeros.

Perversas cromadas en paz

Toda tu belleza brota al mar

por las diez maravillas;

incesantes,bailarinas,joyas.

Tus muslos son pecados

soy una pervertida por vender mi alma

al diablo

a cambio de una eternidad a su lado.

Una innegable invitación a la vehemencia;

según mi mano se encarama a ellas,

rozando el vuelo de tu falda

ascendiendo hacia la utopía

me precipito al lago del éxtasis

que brota bajo tu vientre.

Quizá sea una enferma,

pero no tengo más fines que pasar

mis vidas acorralada por ellas;

en el juego de tus piernas.

Hay tanto rojo en mi,
en lo que he sido...
Tanto hervor,

que todo se volvería sangre
si no dejase de recordar.

supongo que es otra manera de decir te quiero,

( o de que te marches de una vez)...

Dos cuerpo;el suyo invernal,magullado,marcas de su enemigo el tiempo en su costado,los años habían pasado pero puede que en vano,pues seguía amando como aquella primera vez, a su primavera verde,bisoña,púbica&púdica, a su nácar sonrojado por la rudeza de sus manos.

Y Nicoletta,inexperta se entregaba al tiempo, a unas yemas que la amaban ,más le robaban décadas.Sabía que no era dueña de ella misma , que andaba fuera de sí; veía sus cuerpos en la perisferia de quién es alma, Y mientras se amaban a lo rosado de la mañana, ella,enajenada, se dejaba deleitar por la experiencia inherida de éste.

Caricias condenadas, miradas vetadas, jadeos reprimidos, un juego castigado por los ojos ajenos, mas no lascivo.

Y así quedaron las dos estaciones inexperiencia y sabiduría , “malabareando” las horas,ignorando los años, esquivando la impasividad e inclemencia de lo exquisito de lo que es fugaz&efímero...

Mientras sobrevivían arropados bajo el gélido mantón de su implacable enemigo ,el tiempo.

sabes? voy a coger una escalera, y subirme a ella;

no para alcanzar la luna,sino para tirarme de ella y con suerte romperme algo.

y quizás consiga que vengas a mi ayuda.